Cuando era pequeña o adolescente
más bien me encantaba jugar a hacer cálculos tontos con las fechas de
nacimiento o los teléfonos de los chicos que me gustaban con la intención de
que el resultado me diera alguna cifra que me hiciera pensar que sí, que ese
chico era el amor de mi vida y yo el suyo. La verdad es que casi siempre el
resultado acababa siendo favorable, no tanto por la objetividad del asunto,
sino por el entusiasmo y las ganas que yo tenía de que así fuera.
Ayer, por la noche me encontré,
de pronto, jugando a esto mismo. Pensé en la fecha de ayer 16/3/2012 y me puse
a calcular, 16+3+2012= 2031. 2+3+1=6 Vaya, 6. No me vais a negar que aquí sí
que existe la objetividad. Creo que está bastante claro que si este proyecto
tiene un número es el 6 y que ayer más que nunca era el día del 6, del sexto
director.
Me alegré mucho, no tanto por el
resultado sino por sentirme de nuevo adolescente o niña. Tenía muchas ganas de
no sentir miedo, tenía muchas ganas de jugar y de sentir que cuando uno propone
un juego hay mucha gente dispuesta a participar. Cortazar ya lo dijo, el hombre
es el animal que juega, y yo no puedo estar más de acuerdo. Yo me siento hombre
(mujer en este caso) cuando juego. Y por eso hoy esto feliz.
Además, qué gusto da tener la
certeza de que el resultado acabará siendo siempre favorable!
maitena
Amiga! me hiciste emocionar! Menuda Cronopia!!!! Besos!!! Muxus!!! Y hasta ahora!
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