sábado, 28 de julio de 2012

Depresión post-rodaje y un recuerdo especial

Si hacer una peli es como dar a luz, sin duda el vacío que se siente cuando se acaba el rodaje ha de parecerse a la depresión post-parto.


Es difícil explicarle a alguien que nunca vivió un rodaje (sobre todo un rodaje ON SITE) lo que significa vivir un mes o más lejos de tu casa y de tu rutina con personas que tal vez ni conocías antes de empezar pero que al cabo del rodaje son como tu familia. Es que durante un mes o más, día y noche compartes todo con un grupo de gente que igual no vuelves a ver, y sin embargo durante el rodaje el sentimiento de pertenecia es notorio, te sientes parte de todo y sientes que todos son parte de tí. Te olvidas un poco de tu individualidad y piensas, actúas y sientes en colectivo. Además de todo esto, tienes una meta en común (hacer una peli) y unes fuerzas, sudor y lágrimas para lograrlo. Es cierto que luego queda eternizado un souvenir en pantalla grande, pero recuerdas cómo te sentías cuando eras niño y se acababan las vacaciones? Pues así me siento hoy yo. Es difícil imaginar que seré capaz de volver a mi vida de todos los días, y sin embargo acepto que así será. Por un lado me alegra y por otro sé que se ha acabado algo muy bueno que nunca volverá. 

Recordaré siempre el rodaje de Blue Lips como recuerdo los mejores veranos de mi vida: repleto de aventuras, nuevos amigos e historias para contar el resto de mis días. 

Daniela De Carlo

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